En 1995, cuatro emprendedores fundaron Aritco en un salón de Kungsängen, a las afueras de Estocolmo. Los cuatro tenían experiencia en el sector de los ascensores y todos coincidieron en la necesidad de un nuevo tipo de producto más inteligente, fácil de instalar, sencillo de manejar y mucho más barato que los ascensores que había en el mercado por aquel entonces.
Los cuatro, todos ingenieros, construyeron su primer ascensor a mano. Y el resto es historia. Tras haber pasado por dos fábricas en Kungsängen, Aritco tiene ahora su sede en una gran fábrica y oficinas de 16.000 m2 en Veddesta, a las afueras de Estocolmo. A día de hoy, fabricamos 4.000 ascensores al año que se venden en 40 países a través de más de 170 distribuidores.